Soy inevitable.

En todos mis años de conquista, violencia, matanza, nunca fue personal. Pero te diré ahora, lo que estoy a punto de hacer a tu terco y molesto pequeño planeta, lo voy a disfrutar como no tienes idea.

Voy a destrozar este universo hasta que no quede ni un átomo. Y luego, con las gemas que recolectaron para mí, crearé uno nuevo, repleto de vida, que no conocerá lo que ya no existe. Verá solo lo que se le ha dado, un universo agradecido.

Ya una vez ignoré mi destino, no lo volver a hacer. Ni siquiera por ti. Lo siento, mi niña.

La realidad con frecuencia es decepcionante. O al menos, lo era. Ahora, la realidad puede ser como yo desee.

Sé lo que siente perder.
Sentir en lo mas hondo que tienes razón y fallar de todos modos.
Es aterrador, tus piernas se hacen como jalea, pero les pregunto ¿con qué fin? témanle, huyan de él, al final el destino siempre llega.
Y ahora ya está aquí. O debo decir, que ya vine.